Aprender a identificar, elegir y cuidar los accesorios que usamos en izado y elevación no es algo que deba dejarse al azar; es la diferencia entre una operación segura y una que puede acabar en incidentes, tiempos muertos y pérdidas económicas. En este artículo hablamos de los protagonistas más comunes en cualquier trabajo que implique levantar, asegurar o mover cargas: estrobos, eslingas y ganchos. Lo haremos de forma directa, en un lenguaje sencillo y conversacional, combinando teoría práctica, ejemplos claros y listas fáciles de seguir para que puedas aplicar lo aprendido desde mañana mismo. Si eres operario, supervisor, técnico de mantenimiento o simplemente curioso, esto te interesará porque no solo explicamos tipos y usos, sino cómo inspeccionarlos, cómo calcular cargas y cuáles son las mejores prácticas para prolongar su vida útil y mantener la seguridad de tu equipo y de las personas que te rodean.
¿Qué son y por qué importan cada uno de estos accesorios?
Empecemos por lo básico: un estrobo (o grillete con estrobo), una eslinga y un gancho son componentes que conectan la carga al equipo de elevación. Su apariencia puede parecer simple, pero su función es crítica. Un estrobo suele referirse a la unión de uno o varios elementos flexibles con un grillete o con un lazo terminal, frecuentemente usado para reducir ángulos y distribuir esfuerzos; las eslingas son elementos de carga flexibles (de cadena, cable, poliéster u otras fibras) diseñadas específicamente para soportar y distribuir el peso; y los ganchos son los extremos metálicos que permiten enganchar la carga con seguridad. Si cualquiera de estos falla, la carga cae. Por tanto, conocer su comportamiento, limitaciones y compatibilidades es esencial para cualquier maniobra segura. Además, elegir correctamente impacta en la eficiencia del trabajo y en el coste —un accesorio más adecuado reduce el desgaste de la carga, evita daños por puntos de presión y mejora tiempos de operación.
Tipos de estrobos: materiales, formas y cuándo usar cada uno
Los estrobos vienen en varias formas y materiales. Conversando con compañeros de obra, lo que más sorprende es la variedad: desde estrobos de cadena gruesa hasta estrobos textiles livianos. Aquí detallamos los más habituales:
- Estrobos de cadena: extremadamente resistentes y duraderos, ideales para condiciones extremas, altas temperaturas o ambientes con riesgo de corte. Se emplean en izados de cargas pesadas y en entornos abrasivos. Su desventaja: peso y menor flexibilidad.
- Estrobos de cable de acero: ofrecen buena resistencia a la tracción y flexibilidad media; se usan mucho en grúas y montajes industriales. Requieren revisiones por desgaste por fatiga y corrosión.
- Estrobos textiles (poliéster, nylon): ligeros, flexibles y fáciles de manejar; protegen la superficie de la carga evitando daños. Su principal limitación es la sensibilidad a cortes por bordes afilados, productos químicos y temperaturas elevadas.
- Estrobos con terminales de acero (ojales metálicos): combinan la flexibilidad de la cinta textil con una termina metálica que facilita el anclaje a ganchos o grilletes.
Cada tipo tiene aplicaciones concretas: por ejemplo, en maniobras de carga con superficies delicadas conviene un estrobo textil con funda protectora; en obras de demolición o maniobras con chatarra, un estrobo de cadena será más apropiado. Además, hay estrobos con protecciones reforzadas en las zonas de contacto con aristas para minimizar el desgaste por abrasión.
Factores a considerar al elegir un estrobo
Escoger el estrobo correcto implica considerar: carga máxima prevista, ángulo de elevación, abrasión potencial, temperatura del ambiente y presencia de productos químicos. No es raro ver estrobos sobredimensionados por seguridad, pero eso añade peso y coste. En cambio, el uso de estrobos subdimensionados puede provocar fallos catastróficos. Un buen hábito es siempre verificar la carga de trabajo máxima (WLL, por sus siglas en inglés) del estrobo y recalcular el efecto de los ángulos, ya que el factor de aumento de carga en las patas puede sorprender a quien no lo tenga en cuenta.
Eslingas: tipos, ventajas y limitaciones
Las eslingas son quizá el accesorio más versátil. Se fabrican en cadena, cable, poliéster y otras fibras sintéticas, y cada material aporta propiedades distintas:
Tipo | Material | Ventajas | Limitaciones | Usos comunes |
---|---|---|---|---|
Eslinga de cadena | Acero | Alta resistencia, tolera cortes y temperaturas altas | Peso, requiere mantenimiento contra corrosión | Construcción, izado de maquinaria pesada |
Eslinga de cable | Cable de acero | Buena flexibilidad y buena resistencia | Propensa a fatiga y cortaduras por aristas | Montajes industriales, elevación de contenedores |
Eslinga textil | Poliéster/nylon | Ligera, protege superficies, fácil manejo | Sensible a productos químicos, calor y cortes | Electrónica, paneles, cargas pintadas o acabadas |
Eslinga mixta | Combinación de materiales | Busca balance entre resistencia y protección | Puede ser más cara | Casos específicos donde se necesita lo mejor de ambos mundos |
Explicado de forma simple, si vas a levantar una prensa metálica con bordes afilados, lo más sensato es usar una eslinga de cadena con protección en los puntos de rozamiento; si levantas un panel acrílico, una eslinga textil amplia y acolchada será mejor.
Cómo calcular la capacidad de una eslinga según el ángulo
Un punto crucial que mucha gente subestima es el efecto del ángulo entre las patas de una eslinga y la vertical. A medida que el ángulo se abre, la carga en cada pata aumenta. Simplificando: una eslinga vertical soporta su WLL; a 60° el esfuerzo se incrementa y la capacidad efectiva se reduce. Para operaciones seguras, se recomienda:
- Calcular la carga real a levantar incluyendo accesorios (ganchos, grilletes) y su peso.
- Determinar el número de patas de la eslinga que tomarán la carga (1, 2, 3 o 4).
- Ver la tabla del fabricante o usar factores de corrección por ángulo (por ejemplo, a 60° se aplica un factor mayor a 1 de la tensión en la pata).
- Asegurar que la WLL dividida por el factor angular sea mayor que la carga individual esperada por pata.
No es raro ver operaciones donde la eslinga cumple teóricamente, pero el cambio de ángulo durante el izado (cuando la carga se desplaza) hace que una pata tome más esfuerzo y falle.
Ganchos: tipos, cierres y seguridad
Los ganchos parecen simples, pero incluyen una amplia variedad: ganchos abiertos, ganchos con seguro, ganchos autoblocantes y ganchos de eslinga con cerrojo. Elegir el tipo correcto es vital para evitar desenganche accidental. Los ganchos con pestillo o seguro evitan que la eslinga o cadena se salga del gancho si la carga se balancea o hay movimientos inesperados. En operaciones donde la seguridad es prioritaria y el tiempo no es un problema, siempre es preferible usar ganchos con cierre.
- Ganchos de ala abierta: rápidos de enganchar, pero riesgo mayor de desenganche.
- Ganchos con pestillo: balance entre rapidez y seguridad.
- Ganchos autoblocantes o con cerrojo: mayor seguridad en operaciones críticas y en elevación sobre personas.
- Ganchos especiales (tipo ojo, tipo lazo): diseñados para aplicaciones específicas, por ejemplo, ganchos para cadenas de eslinga o ganchos para grúas con grandes WLL.
Es importante que el tamaño y clasificación del gancho sean compatibles con la eslinga o estrobo que se vaya a usar. Un gancho sobredimensionado con una eslinga pequeña puede provocar concentraciones de carga y desgaste acelerado.
Inspección y mantenimiento: rutinas sencillas que salvan vidas
La inspección no es solo una formalidad; es la práctica que más evita accidentes. Aquí tienes una lista de verificación rápida y efectiva que puedes integrar en tus rutinas diarias:
- Revisar cortes, abrasiones y quemaduras en eslingas textiles.
- Verificar estiramiento, deformaciones o eslabones dañados en cadenas.
- Comprobar hilos rotos, corrosión o mordeduras en cables de acero.
- Inspeccionar ganchos por grietas, deformaciones o desgaste en el ojo y en la garganta.
- Asegurarse de que los pestillos o cerrojos funcionan correctamente y no presentan corrosión o juego excesivo.
- Registrar inspecciones y retirar del servicio cualquier accesorio defectuoso hasta su reparación o reemplazo.
Además de la inspección visual, algunos elementos requieren medidas más técnicas: por ejemplo, el alargamiento de una cadena o la pérdida de sección en cables. En talleres y empresas responsables se lleva un registro con fecha, operador que inspeccionó y observaciones. Esto no solo ayuda en seguridad, sino también en trazabilidad frente a auditorías.
Prácticas correctas de uso y almacenaje
El cuidado empieza desde que el accesorio llega al almacén. Algunos consejos prácticos:
- Almacenar eslingas textiles en lugares secos, lejos de la luz solar directa y de productos químicos.
- Colgar cadenas y cables en ganchos dedicados para evitar enredos y corrosión por contacto con el suelo.
- No tirar las eslingas textil al suelo, especialmente si están cubiertas de barro o sustancias corrosivas.
- Limpiar y lubricar cadenas y cables según especificaciones del fabricante.
- Rotar el stock de accesorios para evitar que algunos permanezcan largos periodos sin uso y se degraden.
Otra regla de oro: nunca improvisar nudos o soluciones temporales con eslingas textiles ni usar componentes dañados “porque falta tiempo”. La diferencia entre un trabajo seguro y un accidente suele ser solo unos minutos de prevención.
Errores comunes que hay que evitar
En campo, los errores se repiten. Algunos de los más frecuentes y fáciles de evitar son:
- Usar una eslinga textil sin protección sobre una arista afilada: la funda puede evitar cortes y el accidente.
- No considerar el aumento de carga por ángulo: siempre revisar factores angulares.
- Enganchar varias eslingas en una sola pata sin tener en cuenta la distribución de carga.
- Reparaciones caseras en cadenas o ganchos (como soldar grietas): estas piezas deben ser reparadas por especialistas o retiradas del servicio.
- Almacenaje inadecuado que expone los accesorios a productos químicos o al sol prolongado.
Evitar estos errores es simple: formación básica, rutinas de inspección y una cultura de reporte cuando algo no está bien.
Normas, marcados y responsabilidad legal
Trabajar con equipos de izado implica cumplir normativas nacionales e internacionales. Las eslingas, estrobos y ganchos deben estar correctamente marcados con su WLL, número de identificación y certificado del fabricante según la legislación aplicable. En muchos países, no cumplir esto trae sanciones además del riesgo de responsabilidad en caso de accidente. Por eso, mantener la documentación técnica y los certificados actualizados es un requisito tanto técnico como legal. Además, las inspecciones periódicas por personal cualificado no solo mejoran la seguridad sino que son exigidas por normas de trabajo.
Tabla de verificación rápida antes de cada izado
Elemento | Verificar | Acción si no cumple |
---|---|---|
Eslingas textiles | Cortes, abrasión, marcas de quemadura, etiquetas legibles | Retirar y marcar para reparación o baja |
Eslingas de cadena | Deformaciones, elargamiento, eslabones dañados | Retirar y revisar con mantenimiento; no usar |
Ganchos | Abertura de garganta, grietas, funcionamiento de pestillo | Retirar y reemplazar |
Estrobos y terminales | Estado de terminales metálicos, costuras en textiles | Reparar con criterios del fabricante o sustituir |
Casos prácticos y ejemplos sencillos
Hablar de teoría ayuda, pero los ejemplos cotidianos definen la práctica. Imagina que debes izar un transformador pesado con bordes metálicos afilados para colocarlo sobre un bastidor en una subestación. ¿Qué hacemos? Primero: evaluamos el peso, sumamos el peso de ganchos y grilletes. Segundo: elegimos una eslinga de cadena o bien una eslinga textil con protección metálica en los puntos de contacto (si la superficie es delicada y queremos evitar golpearla). Tercero: usamos ganchos con pestillo para evitar desenganche. Cuarto: planificamos el izado para evitar que la carga golpee contra estructuras y mantenemos a todo el personal fuera de la zona de caída. Si se trata en cambio de paneles de vidrio, usaremos eslingas textiles anchas y protectores en aristas, y evitaremos ganchos abiertos que puedan presionar en un punto.
Cómo calcular la eslinga correcta — ejemplo simplificado
Supongamos una carga de 2.000 kg a izar con una eslinga de dos patas formando un ángulo de 60° con la vertical. La tensión en cada pata será mayor que 1.000 kg por la geometría. Sin entrar en fórmulas complejas, la regla práctica es consultar las tablas de carga según número de patas y ángulos que todo fabricante proporciona. Si no se cuenta con tabla, lo seguro es aumentar la capacidad requerida por pata o reducir el ángulo (hacer el izado más vertical). Ante la duda, consultar a un ingeniero o al fabricante evita sorpresas.
Innovaciones y nuevas tendencias
La industria no se queda quieta: hoy vemos estrobos con sensores integrados que monitorean carga y uso, eslingas con recubrimientos especiales anti-corte y ganchos con sistemas automáticos de bloqueo más robustos. Las tecnologías IoT permiten llevar un registro de horas de uso, cargas máximas aplicadas y alertas tempranas de fatiga. Estas innovaciones ayudan a predecir fallos y a planificar mantenimiento proactivo, reduciendo costosos tiempos de inactividad.
Formación y cultura de seguridad: la pieza que lo cambia todo
Tener los mejores accesorios no sirve si el personal no está formado. La capacitación sobre cómo usar estrobos, eslingas y ganchos, cómo inspeccionarlos y cómo reaccionar ante una anomalía es la inversión más rentable. Además, fomentar una cultura donde cualquiera puede detener una maniobra si detecta algo inseguro es clave: muchas historias de éxito en seguridad nacen de una persona que dijo “alto” a tiempo.
Recursos rápidos: qué pedir al proveedor y qué pedir en el certificado
Al comprar estrobos, eslingas o ganchos, pide siempre:
- Certificado de conformidad con norma aplicable.
- Marcado del WLL y número de serie.
- Instrucciones de uso y tabla de capacidades según ángulos y configuraciones.
- Recomendaciones de mantenimiento y vida útil estimada.
Si el proveedor no ofrece esto o pone excusas, es mejor buscar otro proveedor. La documentación es tu garantía y la base de la trazabilidad en caso de auditorías o incidentes.
Conclusión
Los estrobos, eslingas y ganchos son más que piezas metálicas o de fibra: son la conexión directa entre la carga y la seguridad de quien maneja la operación; por eso elegirlos, usarlos y mantenerlos correctamente implica conocer sus tipos, limitaciones y factores de riesgo como el ángulo de izado, la abrasión o la corrosión; inspeccionar antes de cada uso con listas sencillas, almacenar con cuidado y respetar las tablas de carga evita la mayoría de incidentes; complementar esto con formación continua, documentación y, cuando sea posible, actualizar tecnologías (sensores y sistemas de bloqueo) convierte una buena práctica en una política robusta de prevención; finalmente, la responsabilidad legal y moral exige que todo accesorio vaya acompañado de su certificación y que cualquier defecto implique retiro inmediato del servicio para garantizar que el trabajo se realice con seguridad, eficiencia y respeto por las personas y los bienes.